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por Sherif Awad
-Mis abuelos procedían del campo. Llegaron a Madrid desde distintos puntos de la península: Aragón, La Mancha y La Rioja. Así que mi ascendencia, como la de muchos españoles es una mezcla. Mi abuelo paterno era practicante, partero y barbero, ponía inyecciones y sanguijuelas, asistía a los partos y cortaba el pelo; también le gustaba escribir. Mi abuelo materno era tranviario, cobraba los billetes en tranvías, trolebuses y autobuses de Madrid; y tocó el clarinete de pequeño en la banda de su pueblo manchego. Este es el único antecedente familiar relacionado con el arte. A no ser un primo hermano de mi padre, que un día escapó del pueblo siguiendo a una compañía de faranduleros, aunque duró poco su hazaña y volvió al trabajo de la huerta. Mis abuelas eran amas de casa, lo que antes se denominaba “sus labores”. Lo mismo que mi madre.
-Mi padre nos apuntó a mi hermano y a mí desde pequeños a una biblioteca ambulante que recorría los barrios de Madrid, donde todas las semanas cambiábamos los libros leídos por otros nuevos. Allí conocí cientos de novelas, cuentos, historias, que sin duda formaron el sustrato que me llevó a escribir.
En cuanto a la escena, mis antecedentes como “actriz” fueron las interpretaciones ante mi auditorio de primos y amiguitos, cosa que aún me sorprende, ya que siempre fui una niña súper tímida.
-Ya desde muy pequeña el cine me resultaba fascinante. ¿Qué habría tras esa gran tela? Uno de mis primeros recuerdos es echar a correr por el patio de butacas hacia una puertecita bajo la pantalla, para intentar atravesar y encontrar a los actores y visitar el mundo fantástico en que transcurrían las historias. Como Alicia en el País de las Maravillas, uno de mis cuentos marcantes.
Respecto al teatro, fue fundamental el programa de televisión ESTUDIO 1, donde puede ver a los mejores actores españoles interpretando a los grandes dramaturgos. Una experiencia que nos marcó a todos los de mi generación.
La danza no me interesó en un primer momento, ya que por entonces estaba prácticamente asociada solo al flamenco. Luego se me abrió un mundo cuando conocí a grandes bailarines de danza contemporánea.
-Por supuesto es fundamental aprender el oficio. No basta con tener “talento”, hay que conocer las herramientas y afinar continuamente nuestro instrumento.
Yo no tengo un título académico, pero me he preocupado de aprender con muchos de los mejores maestros de interpretación, música, movimiento, dirección, dramaturgia… Y he tenido durante casi cuarenta años una compañía en Madrid y luego otra en Valencia, en las que poner en práctica mis creaciones.
Ahora también imparto clases, transmitiendo lo que a mí me enseñaron sobre las herramientas escénicas y lo que aprendí en mi propia práctica.
-Me encuentro satisfecha, ya que mi trabajo se valora; la mayoría de mis obras están publicadas y muchas se han representado; últimamente he recibido diversos premios; y tengo proyectos en marcha. Respecto al “estrellato” no es un concepto que me interese. Creo que perseguirlo conlleva demasiada energía para algo que es efímero. Prefiero centrarme en el aquí y ahora.
-La mayor parte de mis obras tienen a la mujer como protagonista de la Historia y de las historias. A ello dedico mis mayores esfuerzos en las diferentes tareas escénicas, a visibilizar a las mujeres, tanto actuales como a las que han estado a la sombra de maridos, padres, hermanos…
-Creo que vivimos un momento interesante. En el terreno de la dramaturgia convivimos varias generaciones de autores y autoras con múltiples registros y con una gran calidad, lo cual ofrece un rico panorama escénico. También hay grandes actores y actrices, así como importantes directores, tanto clásicos como innovadores.
Lo que no me interesa es la vertiente de espectáculos de mero entretenimiento, basados en tópicos burdos, a menudo copiados de los programas de televisión, e interpretados por “actuantes” que no conocen las mínimas reglas del oficio de actor.
-Con entusiasmo e ilusión. Tanto si se trata de escribir un texto, como de dirigirlo o de actuar. Siempre intento que sea como la primera vez.
-Sobre todo estoy centrada en la dramaturgia. Acabo de terminar un texto sobre una mujer valenciana muy interesante, Alejandra Soler, que se publicará en breve. Y estoy comenzando a escribir una obra teatral infantil, que quizá ponga en escena interpretada por mí. Continúo mis clases y talleres teatrales. Y asistiré a varios congresos para hablar de mi creación escénica.